ATRAPADOS. Guerra civil y represión (Editorial Crítica)

 ATRAPADOS. Guerra civil y represión (Editorial Crítica)

de Montserrat Llor

(Prólogo de Ángel Viñas)

» En la plaza había mucha gente, decían ‘¡hay que ir a luchar a defender la república!’. Eran voluntarios, no importaba hombres o mujeres, porque las mujeres podían cocinar, trabajar en hospitales… Entonces vi a una se apuntaba porque le habían matado al hijo. Dije ‘yo voy también’ y mi hermana y mi hermano… y nos montamos en un camión para ir a la guerra…(…) Tenía que llevar de comer a los milicianos a las trincheras, en el frente, que es donde estábamos. Nos tiraban bombas por todos lados, las oías silbar… Yo tuve suerte, pero a una amiga una bala la traspasó la columna vertebral, la dejó unos días sufriendo y al final murió. Comenzamos a ver muertos y crímenes atroces. Al principio nos pasábamos el día corriendo, una camioneta nos recogió a los que nos apuntábamos para defender la República, teníamos que buscar rápido donde dormir, se formaron los batallones, todo… Más tarde me detuvieron. La cárcel fue horrible, la Modelo de Oviedo, el penal de Saturrarán… Me impresionó y me dolió mucho una noche cuando sacaron a fusilar a una madre con una hija, eso me marcó mucho…(llora). Dormíamos, o eso intentábamos, cuando de repente se escucha aquella puerta, aquella llave de hierro girar, unos pasos avanzan, se paran, llamaban sus nombres y las veías salir de frente. Es que eso se queda… ¡Salían con tanta resignación! Luego nos enteramos de que habían sacado a dos hijos con ella. A las condenadas las venían a buscar a las cuatro de la madrugada, hombres había camiones llenos….» (Testimonio de Ángeles Flórez Peón, ‘Maricuela’)

Este es uno de los quince estremecedores relatos recopilados, cámara y grabadora en mano de la autora de “Atrapados” (editorial Crítica). Todos los testimonios constituyen un homenaje a las víctimas de la Guerra Civil, a aquellos que sufrieron la derrota y sus consecuencias, principalmente por Tierra, por Mar y por Aire, las tres vías de ataque y defensa en un conflicto armado. Reviven su pasado y cuentan cómo se vieron atrapados entre dos guerras, primero la Guerra Civil en España (1936-1939) y, posteriormente, la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).

POR  TIERRAHablan los jóvenes que estuvieron en el frente, guerrilleros, milicianas, personas todas ellas que combatieron el fascismo arriesgando sus vidas. Tras la derrota no tuvieron más opción que el exilio o la cárcel y los campos de concentración en España. Es el caso de Ángeles Flórez Peón, conocida como ‘Maricuela’ (Blimea -San Martín del Rey Aurelio-, Asturias, noviembre de 1918), cocinera y enfermera durante la guerra, activa en la retaguardia, pero también en el frente.

P OR  AIRE.  Los  protagonistas  son  los  últimos  aviadores  aún vivos de  la Segunda República, auténticos ases de la aviación. Unos  surcaban  los  cielos  de  España; otros, pertenecieron al cuerpo de tierra de la aviación republicana desempeñando su trabajo como mecánicos o fotógrafos-interpretadores. Cerca de 500 jóvenes pilotos partieron a Kirovabad, Azerbaiyán, en sucesivas expediciones para formarse con aviones de la Unión Soviética. Algunos terminarían atrapados en la URSS, incorporándose en el  Ejército  Rojo en su lucha contra el enemigo nazi durante la Segunda Guerra Mundial, o cautivos en los gulags de Stalin. Este último fue el caso del aviador Vicente Montejano Moreno (Madrid, 6 de enero de 1919), preso durante dieciséis años los campos de Kok-Usek, aledaño a Spassk99 –en Karagandá, ex república soviética de Kazajstán- y Krasnoyarsk, en Siberia del Este, un campo denominado ‘de reeducación’, donde perdió parte de su mano trabajando en un aserradero.

POR  MARLas grandes e inocentes víctimas de la guerra civil en España fueron los «Niños de la Guerra«, aquellos menores que,  para salvarles de  la violencia del conflicto,  sus  familiares  les  embarcaron  rumbo  a otros países, entre ellos el Méjico de Lázaro Cárdenas o  la Unión  Soviética  de Iósif Stalin.  A bordo del barco Sontay llegarían más de tres mil niños a la URSS. Nada sabían de la existencia de gulags y nada les hacía suponer que vivirían pocos años después un conflicto aún más cruel con el desencadenamiento por parte de Hitler de la operación Barbarroja, la invasión del ejército alemán en el vasto territorio de la Unión Soviética. Algunos protagonistas del libro vivieron la Batalla de Stalingrado y sobrevivieron a la crueldad del Sitio de Leningrado (1941-1944), la actual San Petersburgo, viviendo allí el peor momento, en pleno invierno, cuando el cerco alemán se había completado y los accesos vitales de la ciudad estaban cortados.

M anuel Arce Porres (Oña, Burgos, marzo de 1929), un neurorradiólogo que se licenció en la Unión Soviética, un hombre con un gran espíritu de superación desde que, a los 14 años, un fatal accidente de tranvía, en la antigua URSS, le cercenó ambas piernas cuando trabajaba en la industria de guerra como aprendiz. Tras su regreso a la España de mediados de los años sesenta y el desempeño de su profesión, recordará siempre una anécdota como médico: se desplazó hasta El Pardo para tomar una radiografía a un Franco casi moribundo… Constituyó en 2001 la Fundación Nostalgia que luchó por los derechos de los españoles emigrados a la URSS durante la guerra. Impulsó la publicación de “Memoria”, obra que contiene los nombres de los más de 400 españoles caídos en combate durante la guerra en la URSS, así como de los fallecidos en la retaguardia. Sus tumbas permanecen diseminadas por todo el vasto territorio exsoviético. Es autor de “Memorias de Rusia”.

Los quince entrevistados de “Atrapados”, hoy, nonagenarios e incluso centenarios, poseen una maravillosa capacidad de recordar, quieren retroceder en el tiempo y contar, mostrar sus archivos, documentos y fotografías. Los suyos son relatos de guerra, pero también y fundamentalmente son historias de excepcional capacidad de supervivencia durante la guerra, de resistencia en la posguerra y de subsistencia durante muchos años.